Se considera enfermedad profesional a aquella que es producida por causa del lugar o del tipo de trabajo realizado.
Para la determinación de una enfermedad profesional, existe un Listado de Enfermedades Profesionales elaborados por el Poder Ejecutivo, en el cual se identifican cuadros clínicos, exposición y actividades en las que suelen producirse estas enfermedades y también agentes de riesgo (factores presentes en los lugares de trabajo y que pueden afectar al ser humano, como por ejemplo las condiciones de temperatura, humedad, iluminación, ventilación, la presencia de ruidos, sustancias químicas, la carga de trabajo, entre otros).
Si la enfermedad no se encuentra en el Listado y se sospecha que es producida por el trabajo, hay que realizar la denuncia ante la Aseguradora de Riesgos del Trabajo. Si la ART rechaza la denuncia o deriva al trabajador a la obra social, por considerar que la enfermedad no fue causada por el trabajo, será una Comisión Médica las que definirán si se reconoce la enfermedad profesional en ese caso.
Casos más frecuentes de enfermedades profesionales suelen ser hipoacusias por exposición a ruidos, hernias por ciertas posiciones, manifestaciones digestivas: dolores abdominales, vómitos, diarrea, asociados a la presencias de determinados tóxicos, entre otros.